American Airlines, alguna vez la mayor aerolínea de Estados Unidos y relegada ahora al tercer puesto del sector mientras se fortalecen sus competidoras, recurrió esta semana a la suspensión de pagos para reestructurar su abultada deuda, reducir sus costes y tratar de volver a ser competitiva.
AMR, la matriz de American Airlines, era una de las pocas grandes aerolíneas de Estados Unidos que no había recurrido todavía al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas, como sí lo hicieron hace años sus rivales Delta, United Airlines (ahora United Continental) o US Airways. El aumento de los costes laborales, el fracaso de las negociaciones con sus pilotos en los últimos meses y el encarecimiento del combustible han hecho inasumible, sin embargo, la abultada deuda de American Airlines, de 29.550 millones de dólares, mientras sus activos se reducen a los 24.720 millones de dólares.