Javier Chousal y Jesús Félix son los responsables de expandir los edredones y las colchas en EEUU, después de 50 años de éxitos y gran facturación al otro lado de la frontera
Tienen detrás una de las marcas más poderosas de venta de colchas, sábanas y edredones en México, aunque hacer que el nombre de Concord se conozca tanto en Estados Unidos como en su patria natal es un labor de titanes. En eso andan Jesús Félix y Javier Chousal, vicepresidente regional y vicepresidente de márketing de Concord en Estados Unidos, donde llevan unos años intentando introducir la compañía en la primera potencia mundial.
Tienen su sede en San Diego, en el epicentro de una de las comunidades mexicanas más vibrantes de todo el país y a unos kilómetros de Tijuana. Desde allí, distribuyen el producto al resto de la nación, especialmente hacia zonas donde la presencia hispana es fuerte como en la costa este o en Chicago y sus alrededores.
El negocio es sencillo y funciona como una página de red social, con el boca a boca y un producto de venta por catálogo que recuerda a los años de los envases de Tupperware o las ollas de Royal Prestige. Lo suyo son los edredones, las colchas, los cubresalas, las cortinas o los artículos para el baño con más de 800 productos con todo tipo de estilos.
Pese a la calidad del producto y de la fuerza de la marca en México, donde ya cuentan con 55,000 vendedores independientes por católogo, Félix admite que “todavía no le hemos hallado el hilo. La idiosincracia de la gente aquí es diferente. La necesidad hace que mucha gente viva de eso en México, mientras que en Estados Unidos no tanto”, explica.
Por su parte, Chousal asegura que son una marca relativamente nueva en Estados Unidos, mientras que en México ya tienen 50 años de existencia, un negocio que empezó en el Estado de México y que han perpetuado con el paso del tiempo las señoras especialistas en este tipo de negocio.
Félix explica que en su país natal, del que salió hace dos años para emprender la aventura americana, la opción de ir puerta a puerta funciona. “En México hay alrededor de 430 franquicias más o menos, con miles de vendedores independientes, gente como amas de casa que compra nuestros productos para revenderlos, u otros que combinan su actividad laboral con la venta”, dice.
En Estados Unidos pretenden imitar el modelo entrando con publicidad y distribución de catálogos, con la idea de conectar con el público mexicano que puede conseguir un dinero extra vendiendo estos productos. “En realidad es una muy buena posibilidad de poder abrir tu propio negocio y pasar de ser un ingreso que complemente a ser un trabajo de tiempo completo”, comenta Chousal, que ya lleva tres años y medio en el negocio.
Saben que será complicado pero de momento mueven mucho producto hacia varias partes del país, independientemente de si hace frío o calor.
“Curiosamente donde más edredones vendemos en México es en los lugares más calientes como Cancún, Culiacán, Veracruz porque es donde están las señoras más hábiles para vender”, explica Chousal, para quien el objetivo es sembrar en Estados Unidos, “para que en un futuro ésta sea una alternativa tan interesante como la de México por el aumento de la población hispana. Y si lo sabemos captar, va a ser un negocio que puede llegar a igualarse al de México”.