Según una encuesta del diario The New York Times, más de un 50% de desempleados en EEUU ha tenido que pedir dinero prestado a un familiar o amigo. Además, cerca de la mitad ha sufrido depresión o ansiedad.
Más de la mitad de los estadounidenses víctimas de perder el empleo se han visto obligados a pedir dinero a amigos o a familiares tras pasar meses sin conseguir trabajo. Además, cerca de un 50 por ciento han sufrido de depresión o ansiedad a raíz de perder el empleo, según una encuesta revelada por el diario “The New York Times”.
También los niños se han visto afectados por los cambios en casa, con un 40 por ciento de los padres señalando que han notado cambios en la actitud de los menores por la tensión generada a partir de perder el empleo.
La encuesta llega en un momento en el que el índice de desempleo es el más alto de los últimos 25 años con un 10 por ciento a nivel nacional. En California, ya ronda el 13 por ciento, sin que se vea una solución posible a corto plazo.
El diario neoyorquino cuenta historias como la de Vicky Newton, de 38 años de Michigan, una madre soltera que perdió su trabajo como representante en una agencia de seguros y que después de meses de no encontrar nada, optó por “tragarse su orgullo”, como ella misma reconoce, y recolectar las estampillas de comida del Gobierno para alimentar a su hija.
Después de no poder pagar las facturas, Newton se vio forzada a abandonar su cada en Flynt, Michigan, para trasladarse a vivir en una casa de alquiler propiedad de su padre a unos 90 minutos de distancia en coche.
Son historias dramáticas repetidas por todo el país. De los encuestados, un 25 por ciento asegura que le embargaron la casa después de perder el empleo o que ha recibido una notificación para abandonarla, haciendo cada vez más difícil la recuperación del sector de la construcción, uno de los pilares en lo que se sustenta la economía estadounidense.
Para el año entrante, las predicciones de los expertos señalan que el desempleo apenas sufrirá descensos y que se mantendrá estable en los dos primeros semestres del año, lo que amenaza con prolongar la situación de angustia que viven miles de familias en todo el país.