Araceli Agustín aprendió en la universidad sobre el impacto que tiene la agricultura en la economía
A muchos jóvenes no les gusta el tema de la agricultura. Así le pasó a Araceli Agustín, estudiante de último año en la Universidad Estatal de California, Fresno, que además es miembro de la Asociación Hispana de Universidades (HACU). Araceli Creció en un hogar de bajos recursos y tuvo que empezar a trabajar a una edad temprana. Sin embargo, sus padres le inculcaron que la perseverancia es la clave del éxito.
Araceli y su familia llegaron de una comunidad indígena en Oaxaca, México, a los EE.UU. Su padre nunca fue a la escuela y su madre sólo completó los estudios hasta el quinto grado, por lo que su único ingreso provenía de la mano de obra agrícola.
A los 13 años, la vida de Araceli cambió. Durante sus vacaciones de verano empezó a trabajar en los campos de California. Se despertaba a las 3 de la mañana para iniciar jornadas de trabajo duro. La motivación constante de sus padres para ir a la universidad, junto a las condiciones de trabajo inhumanas que vivió en los campos, fueron las razones para que continuara con su educación.
Araceli veía la agricultura desde una perspectiva negativa, pero su percepción cambió en el segundo año en la universidad cuando tomó curso sobre el impacto que tiene el comercio agrícola en los países del tercer mundo. Ahí se dio cuenta de lo mucho que disfrutó aprender, y del gran impacto que tiene la agricultura en la economía. Y así fue como decidió estudiar negocios agrícolas.
El Programa Nacional de Prácticas de HACU fue el trampolín en el desarrollo de su liderazgo. Realizó prácticas en el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos por un semestre, y participa activamente en la Institución de Servicio a Hispanos de su universidad, un programa federal diseñado para ayudar a los colegios o universidades de los EE.UU que trata de ayudar a estudiantes de primera generación, la mayoría hispanos de bajos recursos.
La universidad es algo que los padres de Araceli no podían ofrecerle, pero esto no la desanimó. A pesar de las dificultades, ella fue capaz de trabajar medio tiempo y ser estudiante de tiempo completo. Mantener un promedio de calificaciones por encima de 3.0 y estar en la lista de honor, todo esto mientras trabajaba para ayudar a sus padres económicamente. Esos han sido sus mayores logros. Todo lo anterior la motivó a aplicar a la beca de Café Bustelo, El Café Del Futuro.
«Mi éxito no ha sido porque sabía qué hacer, sino por el apoyo y la guía que he recibido de otros latinos que también estuvieron en mi lugar. La mejor manera de devolverle a mi comunidad el apoyo, es compartiendo mi propia experiencia. Un título universitario se pueden obtener independientemente de las adversidades que un estudiante pueda encontrar”, enfatizó esta destacada estudiante de negocios agrícolas.