Por mucho interes que ponga, contratar a un empleado problematico es una posibilidad que debe evitar. Sepa como detectarlos
Una empresa en el sur de California —no diremos cuál— contrató en enero a la que parecía ser la perfecta vendedora para el puesto, una mujer con confianza, buena presencia física y amplia experiencia en su campo. Pero no tardó mucho en convertirse en una pesadilla para la compañía por su inoperancia, su mala actitud y su desgana, creando mal ambiente entre sus compañeros de trabajo, que se reunían para criticarla.
Es algo que le sucede a multitud de empresas en Estados Unidos, llevadas por su buena intención y por la esperanza de que su elección dé buen resultado. Sin embargo, no siempre funciona y por eso existen compañías dedicadas a la mejor selección de personal posible.
De acuerdo a sus consejos, es importante evitar diversas personalidades como:
—El narcisista: La persona que despide mucha confianza en sí misma y es fácil de contratar por esos encantos, pero que después influencia de forma negativa a otros empleados. Además, suele tener la tendencia a hacer acercamientos sexuales con otros compañeros, lo que no crea la mejor atmósfera de trabajo.
—El pasivo agresivo. Son aquellos que aparentemente se concentran en su trabajo sin socializar con nadie, pero que a la postre suponen un problema por su falta de integración con el resto del equipo y sus problemas para trabajar con otros compañeros. Son particularmente peligrosos en un ambiente reducido donde cada cabeza cuenta.
—Los hipersensibles. Son aquellos que se pasan la vida quejándose del entorno y casi de cada cosa, capaces de camuflar su hipersensibilidad en una entrevista de trabajo pero que después exponen sus problemas de forma constante y que a todo le encuentran un problema.
Son tres tipos de personajes que se mueven en el entorno laboral y que conviene evitar para no complicar la atmósfera de su empresa y para no verse en la obligación de tenerlo que despedir.
