Algunos creen que la economía de Estados Unidos pasa por una depresión y otros opinan que sólo se trata de un lento proceso de recuperación.
Otros lo califican de depresión al estilo de los años 30, una década marcada por el crack bursátil del año 1929 y que tardó casi cuatro años en salir del agujero. “Creo que estamos en una depresión y no en una recesión temporal”, asegura David Rosenberg, economista de Gluskin Sheff, quien compara las subidas de la bolsa después de la recesión con euforias temporales que después resultaron no estar sustentadas en datos fiables sobre el estado real de la economía.
“Creo que es humano y nadie puede ser culpado por intentar ser optimista, pero en el negocio del dinero tenemos la responsabilidad de ser lo más realista posible sobre el estado de la economía”, indica Rosenberg.
Si se revisan las gráficas de lo sucedido, entre 1929 y 1933 hubo seis rebotes en los datos del Producto Interior Bruto con una ganancia promedio del 8 por ciento, lo que provocó una subida de casi el 50 por ciento en los mercados en el año 30, algo muy similar a lo ocurrido a principios del año pasado, después de que el índice principales de los mercados neoyorquinos, el Dow Jones, tuviera una fuerte subida tras el hundimiento del mercado en marzo de 2009.
A pesar de lo anterior, están los optimistas que creen que la economía estadounidense sabrá remontar el vuelo y reinventarse para crear nuevas industrias para abastecer al mercado.
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