El tradicional día de compras y descuentos en Estados Unidos se salda con un 11% de descenso en las ventas con respecto al año pasado
El Black Friday 2014 no ha sido tan imponente como se esperaba en términos de cifras. Según la Asociación Nacional de Minoristas de EEUU, las ventas este viernes y sábado fueron un 11% inferiores a las del ‘Black Friday‘ de 2013. Eso supone una facturación de 50.900 millones de dólares (40.900 millones de euros). Según la empresa de análisis de mercado ShopperTrak, el descenso fue del 0,5 por ciento.
Sin embargo, esas cifras indican poco, al margen de una tendencia general que podría resumirse en la idea de que el Black Friday de 2014 no ha sido espectacular. Habrá que esperar a que las empresas de medios de pagos (tarjetas de crédito) empiecen a tener datos y, sobre todo, a que el Departamento de Comercio publique las cifras de las ventas al por menor de noviembre —lo que no sucederá hasta enero de 2015— para que se tenga una idea precisa.
En EEUU, el ‘Black Friday’ está perdiendo importancia ante la cascada de rebajas que van desde finales de noviembre hasta principios de enero y que hace que los consumidores repartan sus compras. De hecho, la renta disponible de los estadounidenses está subiendo por la caída del precio de la gasolina, por lo que las mediocres ventas del fin de semana no tienen, en principio, explicación. El consumo privado supone el 68,2 por ciento del PIB.
Este lunes se celebra el ‘Black Monday’, que es otra jornada de descuentos, pero esta vez solo en ventas ‘online’. De nuevo, a falta de cifras definitivas, los datos proporcionados a mediodía por la empresa tecnológica IBM apuntaban a una jornada más bien mediocre: las ventas había subido un 9 por ciento con respecto a 2013, cuando lo hicieron un espectacular 21 por ciento.
Nadie sabe a ciencia cierta de dónde viene la expresión ‘Black Friday’. Una teoría sugiere que es porque ése es el día en el que los comercios entran en ‘números negros’ (‘black’). Otro, que los tenderos de Philadelphia lo bautizaron así en una exhibición de humor negro porque es la jornada en la que los precios caen tanto como lo hicieron las acciones en el ‘Viernes Negro’ de Wall Street en 1929.