Pablo Ríos y Valles es el dueño y fundador de una empresa con presencia en varias partes de EEUU y Canadá
Al abrirse la puerta principal, hacen faltan dos segundos para entender qué se anda cocinado en ese gran hangar de Huntington Park. Entre las banderas mexicanas y el suelo lleno de serrín trabajan cinco carpinteros y otros seis ayudantes en la elaboración de muebles rústicos, de primera, hechos a mano y listos para viajar hacia residencias de gentes pudientes en ciudades como San Francisco, Nueva York o Boston.
Todos bajo la marca de Antico Furniture, la empresa fundada por Pablo Ríos y Valles en 1999 y que tiene cada vez más presencia en el competitivo mundo de la mueblería en Estados Unidos.
En unas semanas, Ríos y Valles viajará hacia Las Vegas para acudir a una de las ferias del sector más importante del país, a expandir su marca y presentar sus nuevos productos, «muebles rústicos que estoy seguro que van a causar impresión».
Es una misión, la de la administración de la empresa, de la que se encarga solo mientras espera a que se incorpore una ayudante que ha contratado. «Es un negocio un tanto esclavo, pero el futuro pinta bien», asegura este tapatío, casado y con dos niñas, Paula y Daniela.
De momento, Antico vende muebles rústicos en muchas partes de Estados Unidos, incluyendo Colorado, Washington, Oregon, Utah, Texas y Arizona, además de en varias partes de Canadá, un mueble que parece no tener límite con solo seis años bajo la sola y única dirección de Ríos y Valles.
«Empecé con un socio en 1999, pintando sillas y muebles y barnizando», explica el empresario. «Teníamos una tienda de venta al público en Las Vegas pero decidí independizarme. Trabajaba de lunes a viernes en Los Angeles y el fin de semana en Las Vegas, hasta que le compré su parte en 2006».
Ríos y Valles terminó en los muebles de forma indirecta porque en realidad lo de su familia era la venta de viviendas en México. «Comenzamos a traer muebles rústicos de Guadalajara con un socio y ahora es todo mi mundo».
Ya en su mano surgió la idea de hacer un negocio orientado a cuidar el medio ambiente, todo de material reciclado. «La semana pasada compré una iglesia entera para quedarme con la madera, aunque cada vez más complicado conseguir madera de calidad y sin que sigan subiendo los precios».
Ríos y Valles explica que su negocio siempre ha tenido un volumen interesante de negocio, y aunque es difícil calcular cuántos muebles vende al mes a tiendas en todo el país, sí sabe que mínimo factura 50,000 dólares al mes, con épocas buenas en las que ha alcanzado entre 70,000 y 80,000 dólares mensuales.
Es el mundo de un hombre dedicado y experto en lo suyo, especialista en camas, mesas de comedor, sillas, bibliotecas y estanterías, entre otras cosas. «La ventaja de Antico es que hacemos muebles a medida y que somos flexibles con el diseño, lo que en esta industria no es tan fácil de encontrar». Y todo bajo la bandera mexicana. Mejor aún.
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