La Monarca vende un producto tradicional mexicano que aseguran que no se encuentra en ninguna parte de Los Angeles. ¿El secreto de Ricardo Cervantes y Alfredo Livas?: un chef francés
Pan mexicano hay mucho en Los Angeles, pero pastelerías de las de toda la vida, no. Así que, después de darle muchas vueltas a distintas opciones de negocios, Ricardo Cervantes y Alfredo Livas se decidieron a abrir una de las tradicionales aunque con un toque moderno, una especie de Starbucks a la mexicana. La pastelería se llama La Monarca y es uno de esos locales donde el dulce rebosa en las vitrinas y los pasteles brillan con luz propia antes de viajar hacia una boda o fiesta de cumpleaños.Y aunque muchos les dijeron que lo que vendían ellos se podía encontrar en una infinidad de lugares en barrios populares mexicanos, siguieron adelante, obstinados en su idea. “Al principio nos dijeron que estábamos locos, que nos iba a comer la competencia, pero unos años más tarde, aquí estamos”, dice Cervantes orgulloso.
No solo sobrevivieron al asedio de sus otros 11 competidores en la zona de Huntington Park donde inauguraron el primer local en 2006, sino que ahora ya están pensando en el tercero, después de que hace unos meses inauguraran el segundo en el sudeste de Los Angeles (City of Commerce).
“Sabíamos que lo que queríamos ofrecer no existía en Los Angeles, que con una buena calidad seríamos diferentes, y por eso funciona de esta manera. Somos distintos a lo que se vende en los supermercados, a los lugares donde además de pan te ofrecen tacos de carnitas y champurrados”, explica Cervantes con pasión.
La fórmula de estos dos licenciados por Stanford, en Palo Alto, California, donde cursaron una maestría, fue aparentemente sencilla: intentar elaborar el producto que siempre tuvieron a mano en su tierra de Monterrey, aunque en Estados Unidos, y ¿qué mejor que en Los Angeles?, el corazón del mercado mexicano en la primera potencia mundial.
Para ello contrataron a un chef francés que había estado afincado en México durante más de 35 años. “No fue fácil convencerle, pero con sus hijos mayores viviendo en varias partes del mundo, accedió a terminar su carrera en Estados Unidos”.
Aunque la idea estaba clara, tardaron un año en conseguir el capital y a los inversionistas, doce meses de “vivir al ras, con un cinto más delgado y apretado para que no se cayeran los pantalones”. Por fortuna, a la gente le gustó el concepto y hoy facturan más que un Starbucks promedio, un rendimiento notable para un lugar especializado en croissaints rellenos de dulce de leche, conchas, pasteles de mocca y un tiramisú con unos ingredientes que lo hacen único en Los Angeles.
Y pese a que la franquicia aún no entra en sus planes, no descartan nada en un futuro que se antoja prometedor para un creciente y pequeño imperio del dulce mexicano en Los Angeles.
Dirección:
Huntington Park, CA
6365 Pacific Blvd.
323.585.5500
City of Commerce, CA
5700 E Whittier Blvd.
323.869.8800