Por Nicole McMackin
Diversos artículos y estadísticas sobre las mujeres en puestos de liderazgo en los Estados Unidos prueban que existe una disparidad de mujeres líderes en los lugares de trabajo. Actualmente, solo 25 empresas dentro de la lista The Fortune 500 son dirigidas por directoras ejecutivas o CEO. En un estudio reciente llevado a cabo por el Pew Research Center, el 34 por ciento de los encuestados cree que los ejecutivos masculinos son mejores que las mujeres para asumir riesgos.
Por otra parte, cuando se les preguntó acerca del tipo de industrias que las mujeres podrían dirigir, una parte significativa opinó que los hombres hacen un mejor trabajo en empresas de tecnología, finanzas, de petróleo y gas, mientras que las mujeres serían más fuertes en el funcionamiento de las empresas de ventas minoristas y de alimentos.
Pero en términos generales uno debería preguntarse, “¿por qué no hay más mujeres promovidas a la posición de CEO, sino más bien frenadas?”. Como género, las mujeres son más de la mitad de la población pero no se les da la misma oportunidad de demostrar su valía en el lugar de trabajo. Y por otro lado, ellas están afuera trabajando para ganar 75 centavos de cada dólar que ganan sus homólogos masculinos por el mismo trabajo.
Debido a la falta de mujeres en puestos de liderazgo, y a su deseo de seguir progresando en su carrera, la necesidad de supervivencia de las mujeres supera a su personalidad o disposición natural para ser un líder.
Las mujeres son consideradas duras o semejantes a un hombre si hablan fuerte a sus compañeros, y se les considera débiles si no lo hacen. Parece que casi siempre se les discuten sus puntos de vista, y son juzgadas y evaluadas cada vez que abren la boca.
Estudios recientes muestran que un equipo ejecutivo diversificada producirá hasta un 34 por ciento más de ingresos para una empresa que un equipo ejecutivo liderado por personas del mismo sexo. Las corporaciones y los accionistas están empezando a reconocer la necesidad de un mayor equilibrio de género dentro de las empresas.
Con el respaldo de accionistas corporativos, las mujeres tienen ahora una oportunidad de tomar mayores responsabilidades y seguir siendo fieles a sí mismas. Las mujeres sólo tendrán éxito si demuestran la voluntad y el poder para no actuar como un hombre, sino para aprovechar sus dones naturales: la honestidad, el trabajo en equipo, la compasión y la persuasión.
Con información de News and Experts
