La aprobación de una ley en Oakland para permitir el cultivo masivo de marihuana ha abierto el camino para que otras ciudades del estado hagan lo mismo. Hay millones de dólares detrás para salvar la maltrecha economía
Bajo esa legislación, habrá cuatro enormes factorías de 172.000 pies cuadrados plagadas de cultivos de marihuana, todos cubiertos para poder controlar mejor el cultivo y poder producir durante todo el año. “Mi idea es crear un parque empresarial de marihuana”, dice Wilcox, quien lleva desde los 15 años fumando la hierba, aunque de forma moderada, eso sí.
“Sé que el elemento moral siempre está ahí, no soy una persona que se tome a la ligera el asunto de la droga, pero creo que puede tener un enorme impacto en la economía del estado y seguir un camino parecido al del alcohol”, una sustancia prohibida en los tiempos de la mafia de Chicago.
Wilcox ve un futuro lleno de plantaciones de marihuana en California y otros estados. “Es cuestión de tiempo que haya un entendimiento a nivel federal y que veamos plantaciones por todo el país”.
Hasta ahora, el uso de marihuana con fines medicinales ha supuesto un ingreso millonario para las debilitadas arcas californianas, pero con la aprobación del consumo personal, muchos más podrían beneficarse financieramente.
Ahora, 220 empresarios, además de Wilcox, están detrás de los permisos para operar una de las fábricas, ubicadas en un gran parque empresarial de Oakland. Y puede que Berkeley, la localidad vecina se apunte a la moda y vote por seis producciones de cannabis aunque de un tamaño mucho más reducido, 30.000 pies cuadrados cada uno.
Muchos preciden que de seguir así, la marihuana de California traspará fronteras de forma legal hasta convertirse en otro producto típico de la región, así como el vino o las nueces. Es el nuevo futuro económico de la región.
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