Los intereses de un préstamo impactan de diferente manera. Conocer las diferencias y los beneficios de las tasas de interés le servirá para compartir con sus hijos buenos consejos financieros para el futuro
Antes de que los hijos empiecen una vida apartados del hogar, es buena idea que usted comparta con ellos algunos consejos valiosos sobre finanzas personales, en este caso explicarles por ejemplo qué son las tasas de interés y cómo fun-cionan.
Por ejemplo, debe informarles que las transacciones financieras importantes que van a realizar en la edad adulta probablemente se verán afectadas de alguna manera por las tasas de interés, ya sea como prestamista o como prestatario. Utilice la siguiente información como una guía:
Tasas de interés para los prestamistas. Cualquier persona que tenga una cuenta de ahorros o tenga bonos del gobierno o comerciales está, en efecto, prestando dinero a esas instituciones y ganando intereses sobre el préstamo. Sin embargo, a menos que compre bonos municipales libres de impuestos, este ingreso por interés está probablemente sujeto a impuestos, así que analice y busque tarifas favorables para maximizar sus ganancias y ayudar a compensar la inflación. Compare las tasas de interés de los Certificados de Depósito de los bancos, las cuentas de ahorros y las cuentas corriente en www.bankrate.com, para encontrar las entidades crediticias para las cuales usted es elegible, visite www.creditunion.coop.
Tasas de interés para los prestatarios. Las tasas de interés tienen aún más impacto en usted como prestatario, especialmente para las grandes compras. Por ejemplo: la mayoría de las hipotecas son de 15 a 30 años, por lo que la reducción de la tasa de interés en uno o dos puntos podría ahorrar decenas o cientos de miles de dólares durante la vida del préstamo. Y las tasas de las tarjetas de crédito pueden variar en 10 puntos o más, dependiendo de su calificación crediticia.
La mayoría de las tasas de interés para los prestatarios se expresan en términos de tasa de porcentaje anual (APR). Con las tarjetas de crédito, el emisor puede cobrar una APR fija, o cambiarla a medida que las tasas de interés bancarias varíen («tasa variable»). Cada período de facturación, la compañía cobra una fracción de la tasa anual, denominada la «tasa periódica», sobre los saldos pendientes. Con las hipotecas, la APR también toma en cuenta los puntos, comisiones de apertura, las primas de seguro hipotecario y otros cargos.
Las tasas de interés también puede depender de:
• Si el préstamo es «garantizado» (por una garantía, como una casa o un automóvil) o «sin garantía» (no vinculado a garantías –como las tarjetas de crédito– por lo que el prestamista se basa en su promesa de devolver el dinero). Debido a que son más riesgosas para el prestamista, los préstamos sin garantía suelen tener mayores tasas de interés.
• La calificación crediticia: las personas con calificaciones crediticias más altas se consideran menos riesgosas y, por consiguiente, obtienen las tasas mucho más favorables.
• Duración del plazo: las tasas de préstamos a largo plazo suelen ser más altas que los de corto plazo, porque a mayor duración del préstamo, mayor será el riesgo para el prestamista de que usted pueda entrar en mora.
Fijo vs. Ajustable. Las tasas de interés de las hipotecas son fijas durante toda la vida del préstamo, o ajustables a intervalos predeterminados para una parte o la totalidad del período del préstamo. Por lo general están vinculados a un índice tal como la Nota del Tesoro a 10 años. Cuando los índices de las tasas son relativamente altos, muchos optan por una hipoteca a tasa ajustable (ARM), que por lo general tienen una tasa de inicio más baja y por lo tanto es más asequible al principio. Sin embargo, cuando las tasas suben debido a factores de inflación o de otro tipo, los pagos mensuales de la ARM pueden elevarse considerablemente, razón por la cual mucha gente prefiere el tipo de interés fijo más confiable.
En pocas palabras: hay muchos factores en la fijación de las tasas de interés están fuera de nuestro control individual; sin embargo, enseñar a sus hijos que ellos pueden controlar su propia calificación crediticia, puede tener un tremendo impacto –bueno o malo– de las tasas de interés.